Corzos para Dummies

lo mejor los tiros a la cabeza o al cuello si se caza solo por la carne por poner un ejemplo tiros a hembras y inmaturos o animales con muy poco o nulo trofeo digamos por ejemplo chotos jóvenes de unos 5 o 6 años o varetos

"Tengo un remusguillo dentro del cuerpo que no me lamo. He sacado a la cocina las botas, los pantalones de dril, la camisa vieja, la canana, la percha y la escopeta. No quisiera despertar a la vieja cuando salga de madrugada..."

Abuso de este hilo de mala manera; está en la sección de recechos y no paro de hablar de batidas, ganchos e historias diversas. Y por si esto fuera poco ahora lo utilizo para reflexionar en voz alta. No tengo remedio.

El caso es que estas palabras del maestro Delibes me vienen a la cabeza de modo recurrente en periodos de escasez cinegética, o cuando estoy harto de ver Barcelona desde dentro y querría subirme a una montaña para verla desde lejos, o cuando estoy triste por algo y no encuentro el momento de dejar de ahogarme y salir al monte a respirar de verdad.

Abril, de siempre, había sido para mí un mes de tocarse las narices-cinegéticamente hablando-; de salir al campo a por espárragos, o de dar algún que otro paseo viendo como las torcaces hacen esos vuelos ondulantes para ligar, pero poca cosa más.

Pero desde que probé lo del corzo las cosas han cambiado. Yo creo que no es por el animalito en sí, que hay que reconocer que es más bien canijo y pesa lo mismo que la cabeza de un buen venado, sino por el momento y por el ambiente.
Porque el puñetero se puede cazar a partir del 1 de abril, que es cuando el campo está a punto de reventar, cuando todo está preparado para la fiesta de la primavera. Las yemas ya no pueden más, los insectos rebullen en sus capullos y uno con buen oído pensaría que está con el culo sobre un volcán de vida que en cualquier momento entrará en erupción.

Yo, como cualquiera de vosotros, me subiría a un cerro en abril o mayo y echaría la mañana. Tema hay para aburrir; que si los trinos de los pájaros, que si ese fresquete que te da en la cara, que si los bichos- que tocan las narices pero hay que reconocer que como atrezzo del campo son insustituibles-  que si mira la forma de esa nube, que si el muy zorro del raboso se come un caracol...

Y no haría falta más.

Pero es que si hay corzos hay más.

Resulta que tienes una excusa para estar ahí. Tienes una excusa para mirar todo el rato con los prismáticos sin parecer un mirón y un maleducado. Porque estás buscando un duende.
Los corzos son a la primavera lo que las setas al otoño: son el complemento perfecto. Nada como esa diminuta cabeza con dos enormes e inteligentes ojos negros para asomarse entre las flores. ¿Podría alguno de vosotros en sus mejores  sueños imaginarse algo tan hermoso en un entorno tan bello? Yo no, desde luego.

¿Y esto a santo de qué venía?

¡Ah, sí! Esto viene a que llevo sin pisar el monte desde mediados de febrero y que no puedo más. Y puedo aún menos porque este fin de semana, Dios mediante, voy a salir. Voy a salir además a un sitio nuevo, con un amigo nuevo y en busca de un corzo que no conozco, pero que ya siento como "mi" corzo y que, de alguna manera, me está esperando.

Ya veremos, pero de momento "tengo un remusguillo dentro del cuerpo que no me lamo" y eso...¡eso no me lo quita nadie!

Querido Juan Lobon , lo del Corzo es el veneno más dulce que jamás se haya probado. Una vez que lo has tomado y te llega a la sangre, ya no tiene remedio, has cogido la enfermedad. Y no tiene cura.

Es así Carlos , estar en el monte estos días de explosión es la leche , no pasan ni 5 minutos sin que algo acontezca .
En estas fechas , las mañanas las empleo en pasear sin pretensión , sobre todo si hay luna ya muy creciente o menguante aún grande , los bichos prefieren la noche y por la mañana temprano se mueven poco , es ya , bien entrada la mañana ( yo apuro hasta las 12 ) cuando un buen macho te puede sorprender en sus quehaceres diarios .
Las tardes si no hace mucho calor , bochorno o aire , empiezan pronto , a las 17:30 conviene estar atalayando hasta las 21:30 , se pasan volando , te montas tu película de lo que pasa en el cazadero , de lo que hacen tus corzos , de si el cuco ya canta hace unas semanas y la oropendola estará a punto de empezar a cantar etc, hasta que empieza la acción y empiezan a asomar los bichos , que si engaña, que si es muy joven , que si tal y cual ....así horas , días ....años y no te cansas nunca , cada vez engancha más .

Ya nos contarás tu salida a los corzos .

Suerte !

Soy un aprendiz en esto de los corzos, y eso lo sabe de sobra cualquiera que haya seguido este hilo, pero que vamos aprendiendo también es un hecho y eso se debe en gran parte a la generosidad de los que saben y comparten su saber.

Voy aprendiendo por ejemplo que cada zona es un mundo distinto y la forma en la que se comportan los animales nada tiene que ver de un lugar a otro. En tierras leridanas, que es donde tengo yo mi escasa experiencia, no hay más remedio que esperar a los corzos desde un sitio con buena visibilidad, resultando imposible tanto por la orografía como por la desconfianza de los animales  hacer el menor intento por acercarse a ellos.

En Castilla es distinto, y se cazan también en la modalidad de rececho. Caminar despacio, cuidando de dónde se mete el pie, con un ojo en el suelo y el otro en el horizonte, escudriñando con los prismáticos cualquier rincón de aspecto querencioso en busca del menor movimiento, bulto o blanqueo sospechoso es el modo en que se rececha. Caza al cien por cien, caza en estado puro donde es el animal el que lleva la ventaja.

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Mi guía, ya amigo, es una persona afable que adora el campo y en él pasa horas y días enteros en compañía de su mujer, una chica menuda y despierta con un gracioso acento celta -irlandesa tal vez- y con muchísima afición por la caza. Él me enseña cómo y dónde buscar, cuando parar o  cuando arrancar de nuevo.

La primera mañana vamos en busca de un corzo del que conoce la querencia y que parece ser bueno. Nos acompaña, además de la lluvia, parte de mi familia -mi mujer, una de mis hijas y Ricardo- de modo que somos seis moviéndonos por el monte. Una multitud, aunque confío en que los corzos no vean peligro en semejante tropa y nos confundan con excursionistas.

No es el caso y vemos como el corzo esperado se da a la fuga junto a su hembra mientras yo intento atinar a pasar mi cabeza por la estrecha abertura de mi poncho, cosa que no consigo hasta que el animal se ha puesto a salvo en el monte. Eso lleva irremediablemente asociado que en lo sucesivo me convierta en blanco de las puyitas del respetable, que ven en mi torpeza con el poncho el motivo de la huida del animal. Sea como sea ese corzo es bautizado para los restos como "el del poncho".

De regreso, y tras un arduo escrutinio en una zona espesa, conseguimos ver otro buen macho. Está tranquilo y a tiro cómodo, pero tiene una  anomalía en la cuerna que lo hace muy extraño y decido no tirar. A pesar de eso estamos un buen rato acechándole y disfrutando de él  mientras come tranquilamente rodeado de algunas hembras con la seguridad de verse bien cubierto en la espesura.

Por la tarde vamos de espera desde una posición dominante. El tiempo está fatal, con lluvia, viento, granizo, nieve, algo de sol y...vuelta a empezar. Pero el monte es caprichoso y se produce una explosión de animales: venados desmogados, varetillos aún sin desmogar, ciervas, gabatas, cabras...y corzos, un montón de corzos. Un auténtico espectáculo digno de ser recordado.

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Vemos un machete acompañado de dos hembras que parece bonito  y tiene una entrada razonablemente buena, pero es pronto y aún tenemos por delante un día y medio de caza, por lo que prefiero esperar.


El siguiente día amanece con un tiempo más apacible y decidimos recechar una zona nueva con buena querencia, y esta vez "solo" con cuatro personas. Vamos muy despacio, haciendo muy poco ruido, pero somos descubiertos por una collera de ciervas que inician un ruidoso galope por toda la zona a recechar, poniendo en alerta a los corzos. A pesar de eso seguimos andando con mucha calma, disfrutando a tope del silencio, del campo y de la cacería.

Nuestra intención es ahora asomarnos a la ladera de una pequeña sierra desde arriba, para poder escudriñar cada rincón con los prismáticos  y sin ser detectados por los posibles corzos que pudiesen estar buscando su encame en esa zona. Antes de trasponer somos cazados" in fraganti" por una corza, que se limita a darse media vuelta y marcharse en silencio.

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Transcurren unos pocos minutos hasta que la comitiva alcanza una posición dominante en la que poder echar mano de los prismáticos y empezar a repasar con calma toda la ladera. Aquí debo hacer un inciso para aclarar que si en algo se nota la veteranía del buen cazador a rececho es en la facilidad para detectar animales en el monte. En efecto, yo miro y remiro al lado de mi maestro y siempre voy a remolque de sus hallazgos, porque él aprecia cualquier movimiento, cualquier bulto o cualquier color extraño mientras que yo, con los ojos muy abiertos, me pierdo entre tanto detalle y no soy capaz de dar con los animales.


Y aclaro esto porque esta vez soy yo quien da con el corzo. Miramos los dos desde el repecho y cuando mi guía va a arrancar de nuevo le indico que pare, que allí mismo acabo de ver una corza.  

Muy cerca, a setenta  metros tal vez.


Todo se precipita. La corza se mueve  intranquila porque barrunta nuestra presencia y es entonces cuando un poco más allá se levanta el macho. "¡Es bonito, tírale!" , me dice. Ahora se ven mis largos años de experiencia en recechos; tomo el trípode, que es un Primos que me va muy bien en monterías y esperas, e intento abrir las tres patas y acomodarlas en el suelo. ¡Maldita sea! Estoy en una ladera inclinada hacia abajo y el suelo es de grava, de modo que no hay manera humana de acomodar las puñeteras patas del puñetero trípode  en el suelo con el menor atisbo de estabilidad. Pasan los segundos que parecen horas y el macho nos mira, y sé muy bien que no falta nada para que se largue, mientras mi punto de apoyo sigue siendo completamente inestable. Me pasa por la cabeza renunciar al lance y no tirar, pero aún con el rifle muy mal apoyado decido hacerlo, porque el corzo está muy cerca.


Suena el disparo y el corzo sale disparado con claros signos de haber sido alcanzado, aunque le perdemos de vista. Henry me dice que está muerto, que no me preocupe y que esperemos unos minutos para que el animal se enfríe. Eso hacemos, transcurre un rato y empezamos a movernos hasta que pronto nos llama la atención un pequeño corcito que permanece quieto. ¿Qué hace ahí?

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Pues resulta que permanece junto al macho, que está echado un poco más atrás.

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Y se vuelve a repetir la escena del trípode que no se sujeta y un mal disparo que suena de nuevo, alcanzándole esta vez en una pata y provocando una nueva huida hacia abajo.

Ahora  hay que actuar con rapidez. Él y mi hijo irán a por él y yo procuraré tomar una posición ventajosa y elevada, por si el corzo arranca a correr. Así lo hacemos y en un minuto oigo cómo me gritan que el corzo se ha levantado y va hacia mí.

Como si de una batida se tratase veo como cruza el corzo corriendo a todo meter y tengo el tiempo justo de echarme el rifle a la cara y disparar a tenazón cuando ya se tiraba por un terraplén  de la ladera.


Tengo la certeza al 99% de haberle enganchado, pero aún así bajo corriendo sin detenerme a ver si se ha quedado, con la única intención de poderle tirar ladera abajo en el caso de que siga corriendo.

Ahora estoy asomado sobre una piedra desde la que domino gran parte de la bajada. Nada. No lo veo. Me cago en la leche que aún lo voy a perder. Ahora miro arriba, donde creo haberle enganchado, y veo a Henry trasponer el lugar del disparo  buscando, pero sin ver  nada. Me barrunto la tragedia.
Ahora es Ricardo quien llega a ese punto, mira bajo una encina y grita que allí está el corzo.

Me sale un suspiro prolongado con el que se marchan los negros nubarrones que ya tenía encima y subo a toda velocidad. Ahí está mi corzo y ahora es el momento de la alegría, de los abrazo y de las fotografías.

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Enhorabuena Juan.
Bien celebrado tu cumpleaños.

Enhorabuena!! Precioso corzo y magnífico reportaje.

Enhorabuena, bonito corzo

Enhorabuena Carlos !
Lo de estos bichos engancha y si es en familia que me vas a contar .
Enhorabuena por tu buen hacer y por el gran disfrute que es compartir con los tuyos .

¡Muchas gracias a todos!

Inmejorable cumpleaños, desde luego, e inmejorable también el poder compartir esta experiencia con familia y amigos.

Y a petición de mi hijo durante el largo viaje de regreso hemos adoptado la bonita costumbre de bautizar a los corzos cazados con su propio nombre, siendo este apodado para los restos "El Trestiros", por razones obvias.

Enhorabuena Carlos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Immejorable regalo de cumpleaños en immejorable compañía

enhorabuena por el corzo que es bonito, y por la narración de la aventura cinegética, un apunte nada mas referente al trípode que usas y es que en casos de no poder montarlo correctamente por estabilidad o otras cosas intenta apoyar el rifle sobre la mochila es rápido y estable normalmente.

La que has liado pollito, el poncho, el trípode, 6 personas recechando, 3 tiros..... y aún así cobras un bonito corzo, ciertamente vas aprendiendo.

ENHORABUENA Carlos, bonito ejemplar.

¡Gracias!

Lo del trípode tiene su historia, la verdad. Está muy bien si tienes tiempo de prepararte, pero en situaciones rápidas y con suelo inclinado o inestable la verdad es que es un estorbo.

Carlos, aprovecho el hilo que abriste en su dia para aprendices de caza de corzos para plantearos una cuestión.

Esta mañana me he equivocado. Estaba recechando temprano y con las primeras luces ha detectado un corzo en el ribazo del monte. Iba con mi amigo corcero y los dos nos hemos mirado aprobatoriamente; es un buen macho.

Estabamos a mas de 600 metros y hemos decidido entrarle.

El repecho ha sido emocionante, tapándonos como podíamos con los árboles que bordeaban la siembra junto a la que ramoneaba el corzo.

Nos hemos puesto a unos 150 metros, no sin esfuerzo y el corzo ya nos ha detectado y se ha enmontado un poco, pero nos daba su costado y nos miraba de frente muy fijamente.

He disparado y ha caído redondo. Nos hemos abrazado. ¡Gran corzo!

Al llegar hemos encontrado un corzo que al principio me ha entristecido y después, no se si para lavar mi error, he pensado que estaba bien matado.

Para terminar de dar datos, la cuerna izquierda del corzo sobrepasaba cuatro dedos las orejas; la izquierda un poco más corta solo tres. Las puntas blanqueaban. El corzo miraba de frente.

Y aqui va la pregunta: a la vista de las fotos coincidís conmigo en que se trata de un corzo defectuoso por faltarle las garcetas y que en una buena gestion del coto hay que eliminar? Yo le he calculado que puede ser segunda o tercera cabeza. Esa es la cuestión.

En todo caso lo colgaré en mi casa y en la chapa, además de poner la fecha le pondré "Mentiroso".

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Enhorabuena Carlos, bonito corzo.
Josecuvo para mi es un corzo joven, no creo que llegue a la 3ª cabeza, aunque esta bien quitado ya que la falta de garcetas es algo que va a transmitir si o si a su descendencia.
Un saludo

BUFALO escribió:

Enhorabuena Carlos, bonito corzo.
Josecuvo para mi es un corzo joven, no creo que llegue a la 3ª cabeza, aunque esta bien quitado ya que la falta de garcetas es algo que va a transmitir si o si a su descendencia.
Un saludo

Gracias tocayo. Es reconfortante leerlo. Soy cazador tardío de corzos y hay muchas cosas sobre ellos de las que no estoy seguro.

En este caso me equivoqué, mentiría si dijera que lo cacé haciendo gestión, pero reconforta saber que el error ha sido beneficioso para el coto.

Coincido con José, corzo joven pero ya debería tener garceta, aunque está bien quitando siempre queda un sinsabor

Gracias, Búfalo por tu felicitación

Y gracias, Josecuvo por enriquecer este hilo con tu experiencia. Lo que te ha pasado a ti nos pasó en menor medida a nosotros con mi corzo y creo que, por lo que voy oyendo y leyendo, es una constante en la caza de estos animales: engañan y mucho, y es difícil valorarlos correctamente hasta que no los tienes en la mano.

De hecho, si te fijas en la imagen del corzo abatido tras el primer disparo y que tan oportunamente supo captar mi hijo - fotograma sacado de un vídeo- vemos que la apariencia es de tratarse de un corzo mucho mayor

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Por eso mantuvimos la sensación de estar ante un gran corzo durante todo el lance y no solo en el momento del avistamiento inicial, e imagino que a vosotros os ha ocurrido lo mismo durante el acercamiento, porque lógicamente lo iríais controlando.

Pasa también con otros animales, como un bonito venado que abatí este noviembre, que me pareció pequeño y que ahora tengo colgado aquí al lado con sus trece puntas bien dignas, pero creo que en mucha menor medida a lo que sucede con los corzos.

El por qué no sabría decírtelo, si por la posición de las orejas en el momento de la apreciación del trofeo, por su coloración  o simplemente porque hay animales más "fotogénicos" que otros y que dan una sensación más agradable al observador.

Lo que sí tengo  claro es que eso, lejos de ser un handicap para el cazador de corzos, ha de ser un aliciente más en su caza.

En mi profesión, en mi tierra, había un aforismo un tanto machista, pero muy ilustrativo: “Al papel y a la mujer hasta el culo le has de ver”. Perdón por ser políticamente incorrecto, pero viene bien al caso.

Los corzos hay que verlos, para valorarlos bien, por delante, por detrás y por los lados, y aun así nos podremos equivocar.

Como bien dices, la posición de las orejas puede inducirnos creer que el corzo es mejor de lo que es. En cualquier caso el tuyo es muy guapo.

Si un corzo os parece difícil de valorar echaos a la cara un sarrio, esos sí que te vuelven loco .

Esa asignatura también me falta

En corzos hay otra referencia para el largo de la cuerna, que engaña menos que la famosa de las orejas, que es comprarla con el largo de la frente hasta el hocico. Confieso que no la uso a menudo y siempre me fijo en las orejas

Complementando el mensaje anterior. El largo del frontal hasta el hocico vienen a ser unos 17 cms. Con eso se tiene una referencia adicional a la de las orejas. Las orejas son 14 cms, por lo que si sobrepasa la cuerna (cuidado con el ángulo de las orejas) ya sabremos que es superior a 14 cms. Si es mas larga que el frontal entonces sobrepasa los 17 cms. Pero nada de esto es suficiente, pues de frente no le aprecias bien ni garcetas ni luchaderas

Con este termino. Viendo tu corzo Carlos apostaría a un largo de cuerna de 20 cms. Ya me dirás