Más allá de Hornachuelos y Cardeña

Más allá de Hornachuelos y Cardeña

LA caza mayor ha estado hasta hace poco tiempo ligada fundamentalmente a la aristocracia y clases más elevadas. Hasta los años setenta, su práctica se extendía principalmente en Sierra Morena, donde destacaba el entorno de Hornachuelos y Cardeña. La ganadería extensiva era el aprovechamiento principal de las grandes fincas serranas y en otoño-invierno se celebraban monterías de invitación. El desarrollo industrial de los años sesenta trajo consigo un movimiento migratorio de fuertes proporciones que asoló la sierra y provocó la quiebra del sistema tradicional de los aprovechamientos serranos. Esto potenció el acotamiento y miles de hectáreas cambiaron su rumbo agropecuario, además favorecido por la Ley de Caza. El fenómeno tuvo especial relevancia en los lugares de topografía más accidentada, llegando a las Sierras Subbéticas a finales de los años noventa con el jabalí. Para asegurar el nuevo aprovechamiento en los años setenta surgen en Hornachuelos las primeras cercas cinegéticas y las monterías de pago, extendiéndose esta actividad a las clases medias. En la década de los noventa dan el salto al resto de la provincia, proceso que se paraliza en el año dos mil tres con la Ley de flora y fauna silvestre de Andalucía. Paralelamente, las principales especies de caza mayor, ciervo y jabalí, se fueron extendiendo por los acotados y se introdujeron en algunos casos el muflón y el gamo. Este último se cazaba en el valle del río Yeguas procedente de Lugar Nuevo. En la actualidad se asiste a una preocupante extensión del jabalí, en ocasiones con introducciones de granjas, a veces cruzados con cerdo doméstico, que eleva el riesgo sanitario de especies ganaderas y silvestres, y su impacto sobre las especies que crían en el suelo.

FECHA: 27/02/2012
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La caza mayor se expande por el aumento de las zonas forestales
El jabalí ocupa ya todo el norte de la provincia y la mayor parte de la Subbética, mientras que las poblaciones de ciervo ocupan incluso zonas llanas de Los Pedroches

Hace 30 años era impensable encontrar un jabalí en la Vega del Guadalquivir o un ciervo en las zonas esteparias del extremo noroccidental de la provincia. Hoy, es posible. El incremento de las zonas forestales unido al progresivo abandono del campo que se ha producido en los últimos 50 años han hecho que las especies de caza mayor vuelvan a colonizar espacios en los que habían desaparecido por la presión de las actividades del ser humano. Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta confirman que existe una bonanza de la caza mayor en Andalucía. El jabalí, por ejemplo, que es la especie que más terreno ha colonizado en el territorio andaluz, ya está presente en unos 2,5 millones de hectáreas, alrededor de una tercera parte de la superficie total de la comunidad. Sin embargo, es la cabra montés la especie que más rápido está ampliando sus poblaciones en términos relativos, ya que su espacio ha aumentado un 20%, alcanzado en la provincia zonas de la Subbética donde las poblaciones eran escasas o casi inexistentes, según datos de la Junta de Andalucía.

Esta expansión ha hecho que la caza mayor sea cada vez más asequible para los cazadores, pues hasta hace pocos años las monterías y los recechos a especies mayores eran terreno vedado para los cazadores más modestos. Hoy, casi todos los aficionadospueden permitirse ir a una montería o, en su defecto, a una batida de jabalíes, la modalidad menos costosa.

Otro hecho a destacar en la provincia de Córdoba es la expansión de una especie como el corzo, que se cazaba en las monterías del primer tercio del siglo pero que poco a poco fue desapareciendo. En la actualidad, se puede decir que es una especie consolidada en la Sierra de Santa Eufemia y en el corredor del Río Guadalmez, limítrofe con Ciudad Real y sin duda la puerta de entrada de este pequeño cérvido a la provincia.

La expansión de las especies de caza no está relacionada sin embargo con su densidad o con el número de capturas, pues aunque hay más presencia de especies mayores en zonas donde antes no se daban, es cierto que el número de capturas que declaran los cotos no ha crecido de forma significativa. Para ello, la Junta recomienda que si se quiere tener una idea del número de ejemplares que existen en Andalucía y su expansión se valoren los ejemplares cazados por kilómetro cuadrado o 100 hectáreas.

Las razones de la expansión de los terrenos con caza mayor tienen sin embargo consecuencias muy negativas para la especies de caza menor, pues están asociadas al hábitat agrario más que al forestal. Además, las especies mayores suponen una fuerte competencia para las menores. Aparte, los jabalíes se convierten en importantes depredadores de los animales que crían en el suelo, como es el caso de la perdiz, la liebre o el conejo, a cuyas crías atacan en todo tiempo, según especifica la Consejería de Medio Ambiente.


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