Las tres varas del Cortesi.
Un Mago tomó una escopeta, una superpuesta y una automática, lo destiló todo, combinó las tres esencias y obtuvo un unicum de encanto excepcional.
Una escopeta de lado a lado con tres estranguladores, los tres disparos de una automática que, sin embargo, te hace elegir el cartucho a disparar primero, el crampón a los lados del cañón inferior, ese cañón que no ves pero sabes está allá. Ese mago se llamaba Salvatore Cortesi.
El rifle de Salvatore es diferente del combo centroeuropeo, que no es un hat-trick; según sea necesario, es una escopeta de lado a lado o de rifle, pero no permite tres disparos en una sola circunstancia.
Además, la acción de la perforación germánica, para acomodar los crampones colocados debajo del cañón inferior, es profunda.
El marco de acción de Cortesi, por otro lado, es ligeramente más alto que el de una escopeta de lado a lado, ya que debe albergar crampones colocados en los lados del cañón inferior.
Tres cañas de Salvatore, colocadas en 1992. No se diferencia de las que construyó en la década de 1950 porque, en su opinión, había que hacerlo.
Virgilio y Nerio Cortesi, por su parte, han sabido evolucionar su hat-trick, manteniendo siempre el crampón tipo Boss.
Al equipar el puente gatillo con tres baterías, para eliminar las placas laterales, llegaron a un receptor capaz de moldearse según la inspiración del momento.
Ni siquiera los mecanismos internos son los mismos, para poder adaptarse a las necesidades de cada arma en particular
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