Felechosa, refugio de ciervas

Algunas cérvidas, preñadas, presentan heridas o roturas en las patas, y se han localizado ejemplares sin vida en un bosque cerca del pueblo allerano de Cuevas. La falta de alimento por la abundante nieve acerca a los animales a las poblaciones.


Felechosa y Cuevas tienen desde hace varias semanas unos visitantes muy especiales: varias ciervas jóvenes y algún venado buscan comida y refugio en las cercanías de esos dos pueblos alleranos. Además, muchas de las ciervas se encuentran preñadas y presentan heridas en sus patas o roturas provocadas por la gran cantidad de nieve que ha caído últimamente en la zona, lo que les impide caminar y desplazarse con la agilidad que las caracteriza.

Así, los vecinos de la zona aseguran que es frecuente encontrarse con estos animales cerca de cuadras y huertas o caminando por las cunetas de la carretera de acceso al puerto de San Isidro. Cuentan, además, que lo que les tiene en vilo es que muchas de estas hembras -la mayoría, preñadas- aparecen muertas por esa misma escasez de alimento tras las últimas nevadas. La misma nieve que «les produce entumecimiento de las patas y roturas».

El sábado, Francisco Javier Alonso, vecino de Felechosa, paseaba por la tarde por las inmediaciones del pueblo cuando se encontró con una cierva joven que «parecía preñada y que estaba coja, con las patas entumecidas y muy hambrienta». El animal, exhausto, se tumbó en la camino, alejándose de la nieve, e incluso se dejo acariciar, y no fue hasta después de unas horas cuando logró hacer acopio de fuerzas para comenzar su ascenso hacia la zona de alta montaña, donde viven y se reproducen.

Esos mismos vecinos de la zona no saben qué hacer cuando se encuentran con esta situación, ya que, según explican, incluso llamaron al Seprona, donde les dijeron que «era asunto de la Guardería del Principado» y que «el guarda vino una vez, pero no hizo nada».

La inquietud vecinal ha derivado en que estén considerando colocar unos comederos provisionales en las laderas del pueblo para que, «al menos, tengan comida y no se mueran de hambre». Consideran que esta es una situación «anormal», producida por la gran cantidad de nieve caída este año y que también se está produciendo en otras zonas como en algunas poblaciones del parque natural de Redes, en la comarca vecina del Nalón. Y alertan: «Llevamos un mes viendo corzos muertos. Creemos que pueden ser más de cincuenta». Algunos de ellos aseguraba ayer que, en una zona boscosa situada en las proximidades del pueblo de Cuevas, se ha visto a varias sin vida, atrapadas por las nevadas. Contratiempo al que se suman las bajas producidas por unos parásitos que se instalan en sus vías respiratorias.

Hambrientos y exhaustos

Con una situación similar se encontró el joven Ander Martínez cuando, la noche del pasado viernes, bajaba del puerto San Isidro y se encontró con un ejemplar en la cuneta de la carretera, cerca de la misma población, que luchaba por salir de la nieve. Finalmente, lo consiguió, pero no siempre hay un final feliz para estos maltrechos animales, hambrientos y exhaustos