una de lobos

Los ganaderos de la comarca contabilizan 173 reses muertas por ataques de lobos en 2011
La asociación de afectados reclama batidas en los montes de Lena, donde se producen la mayoría de las bajas

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Un ganadero, junto a una oveja muerta por el ataque del lobo en Morcín. j. r. silveira

La Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu (AGALL) en el Caudal acaba de presentar el balance de daños en la comarca durante 2011. Según el colectivo, los cánidos acabaron con 173 cabezas de ganado, un número «elevado», pero que supone una disminución del 20 por ciento frente a los resultados obtenidos en 2010. La mayoría de los ataques se registraron en el concejo de Lena, mientras que en Mieres no se contabilizó ninguna baja .

En el balance anual, el colectivo ganadero contabiliza 124 reses muertas en Lena. La mayoría de las bajas se produjeron en los valles del Huerna y Pajares, donde los ganaderos llevan meses reclamando batidas para terminar con lo que los responsables de Agall definen como «una oleada de ataques».

Entre las 124 cabezas de ganado que se perdieron en el concejo, según el colectivo, había 93 cabras y ovejas, 19 potros y 12 terneros. Los portavoces de AGALL definen este balance como «muy negativo» para el sector ganadero del municipio, y reclaman una solución «inmediata» para terminar con los ataques en los dos valles lenenses, donde se ha localizado a una familia de cánidos.

En cambio, reciben con satisfacción los datos registrados en Mieres. Según el colectivo, el concejo no ha perdido ninguna res en ataques de lobo durante el último año. En el Puerto de Pinos resultaron muertas tres yeguas a finales del verano, pero AGALL no contabiliza estos datos porque los pastos se encuentran en territorio leonés, a pesar de ser propiedad de Mieres.

En los montes de Morcín y Riosa, AGALL contabilizó 49 reses muertas. Los cánidos, según el colectivo, terminaron con 37 ovejas y cabras, ocho potros y cuatro terneros. Según los portavoces de la asociación, se trata de unas cifras «muy similares» a las registradas en 2010. Aún sin incrementar el número de reses afectadas, los ganaderos quieren que se mantenga un control exhaustivo de la población de cánidos para intentar disminuir las cifras.

En total, la comarca del Caudal perdió, en el último año, 142 cabras y ovejas, 27 potros y 16 terneros. Los animales de menor envergadura, tal y como apuntan los responsables de AGALL, «siempre sufren más bajas, al ser débiles, especialmente las ovejas». El colectivo de ganaderos denunció a principios del año pasado que la comarca del Caudal se está quedando sin ganaderías de cría de ovejas y cabras, dado el alto número de muertes que registran cada año por ataques de lobos.

AGALL realiza cada año el balance de ataques de cánidos en Lena, Riosa, Morcín y Mieres, los concejos más afectados por la presencia de lobos. La asociación señala que los datos se recogen directamente en las explotaciones ganaderas, ya que «hasta el momento, no tenemos acceso a los datos oficiales del Principado de Asturias».

La asociación llevaba años manteniendo una tensa relación con la Administración regional. El colectivo exigía que los pagos por los daños causados por cánidos se abonaran de forma «inmediata» a los ganaderos. Por su parte, el Principado, se negaba a pagar todos los daños registrados al no encontrar en michas ocasiones pruebas de que fueran acometidos por lobos.

AGALL ha iniciado una serie de acercamientos con el nuevo Gobierno regional para encontrar una solución a esta larga polémica. Por el momento, las dos partes ya han mantenido un encuentro en el que el viceconsejero de Agroganadería y Recursos Autóctonos, Luis Peláez, habló con los ganaderos de su propuesta para convertir al lobo en especie cinegética.

Desde AGALL defienden que los beneficios que resulten de la caza de estos animales se inviertan en el pago de indemnizaciones por los daños que provocan en las ganaderías. Durante la reunión, mantenida en el mes de septiembre, los ganaderos de la comarca del Caudal también pidieron al Viceconsejero la oportunidad de participar y de aportar ideas para la redacción del nuevo Plan de Ordenación de Recursos Naturales en el Principado de Asturias.

AGALL también trabaja a nivel regional y, en su informe anual aseguran que el Principado cuenta a día de hoy con cerca de 35 núcleos familiares de lobos, la mayoría de ellos con capacidad reproductora, «lo que puede disparar la población». Del total de los núcleos familiares en Asturias, solo seis se localizan, según AGALL, en la comarca del Caudal.


FUENTE: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
FECHA: 08/01/2012
AUTOR: C. M. BASTEIRO / Mieres del Camino
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La verdad es que es un tema bastante delicado, es difícil compatibilizar el aumento del número de ejemplares de lobo con la ganadería, igualmente afecta también a las especies de caza, un amigo posee un coto en la Sierra de la Culebra y causan verdaderos estragos sobre todo entre los corzos. El año pasado acudí a dos batidas a la Reserva Regional de Riaño, donde también es abundante la población de lobos y podíamos abatir tres ejemplares y si querías llevártelo bajo el pago de 1800 euros, la administración siempre con el dinero por delante.
Pienso que esa no es la gestión adecuada, cada vez que los ganaderos levantan la voz autorizan el abatimiento de algún animal para acallar bocas. Se necesita algo mas profundo, una gestión exclusiva, no por impulsos.

Tienes razon Romeral,es un asunto bastante peliagudo que dificilmente deja contentas a todas las partes. También está la posibilidad, de en vez de darles caza, atraparlos para introducirlos en otras zonas donde practicamente han desaparecido, por ejemplo Extremadura, y que así sea el lobo como máximo depredador quien regule a otras poblaciones, vamos lo que ha sido toda la vida hasta que el hombre lo desplazo y asumió este su papel. Fijaos que gran papel haría el lobo en un parque nacional como Monfrague, arreglando todo el desastre que los que allí mandan no han podido evitar, que tienen todo infectao de tuberculosis y con un desmadre de poblaciones pa`echarse a llorar. Para mí sería una bendición volver a escuchar el lobo en nuestra querida tierra.